Amuletos inéditos de tipo egipcio procedentes de Córdoba
De un trabajo de María Antonia García Martínez Universitat Autònoma de Barcelona
Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media
BELLATERRA - 1997
AMULETOS DE TIPO EGIPCIO HALLADOS EN EL TERMINO DE SANTAELLA
Los amuletos publicados en este artículo fueron casualmente hallados en la provincia de Córdoba. A excepción de la pieza núm. 4, que fue entregada a la colección de la parroquia del término municipal de Montemayor, el resto de los ejemplares han sido conservados por los autores de cada hallazgo, o bien adquiridos por coleccionistas particulares. Tanto la tipología de estas piezas como el examen personal de las mismas parecen no dejar lugar a dudas sobre su autenticidad.
Escarabeo 1
La pieza es de pasta verde clara y mide 1,8 cm de longitud 1,2 cm de anchura y 0,6 cm de grosor. Procede del Cerro de la Mitra, término de Santaella, Córdoba. Fue hallada accidentalmente, al remover tierras con fines agrícolas.
El escarabeo cuenta con un esquema dorsal de tipo IVc, de acuerdo con la clasificación de Newberry, con tórax y élitros bien definidos, grabados con doble y triple línea, respectivamente. Las patas del insecto están correctamente trazadas, con incisión profunda. La pieza cuenta con perforación longitudinal para su suspensión o engarce. En su base, sobre un cesto neb, dos ureos mirando hacia el exterior encuadran un montículo coronado por un disco solar.
Sobre el conjunto se ha dispuesto otro signo nb, simétricamente invertido al del extremo inferior. Una línea sencilla rodea a todo el conjunto. El signo nb, ‘señor’, ‘dueño’, fue utilizado sistemáticamente en la gran mayoría de escarabeos egipcios y en algunos pseudoegipcios, para poner de manifiesto el poder de las figuras profilácticas en él grabadas. Aparece asimismo repetido a veces en piezas que, como ésta, denotan una intención de equilibrio y simetría en su composición. El mismo efecto se ha conseguido mediante el uso de una pareja de ureos (cobras protectoras) colocados a ambos lados del motivo central.
Debido a la íntima dependencia de los egipcios con la tierra fertilizada por el Nilo, la imagen del islote sólido que aflora tras la periódica crecida y retirada del río inspiró algunas de las cosmogonías de Egipto basadas en un montículo surgido del elemento húmedo, Nun. Totenem (la tierra que emerge), sería el punto de partida para la creación del mundo en la mayor parte de las construcciones teológicas egipcias. En la cosmogonía de Hermópolis la colina primigénea recibe de manos del creador, en este caso del dios Tot, un huevo del que nace un joven sol. De acuerdo con la cosmogonía de Heliópolis la tierra emergida, creada en este caso por el sol Atum, sirve de soporte para las actividades de la enéada divina.
Dos ureos enmarcan en el escarabeo la representación de esta iconografía cumpliendo la misma función protectora que la cobra colocada en las frentes de dioses y faraones. El ureo representó en Egipto a Uadyet y a varias otras diosas. Según una leyenda egipcia, habiendo perdido el dios Ra un ojo, al serle restituido por los dioses Shu y Tefnut, quedó transformado en ureo protector y dispuesto sobre su frente con el fin de reforzar el poder del dios contra sus enemigos.
En Egipto contamos con varios ejemplos de ureos flanqueando un cartucho con el nombre real inscrito. En Cartago aparecen encuadrando un signo nfr. Pero es en la península Ibérica donde tenemos los paralelos más cercanos de este escarabeo. Un montículo y un disco solar protegidos simétricamente por dos cobras aparecen en un escarabeo de Málaga y en otro procedente de Ibiza. Igual disposición presentan los mismos elementos en amuletos circulares colgantes procedentes de Ibiza, Málaga y Cádiz.
Éste es un escarabeo manufacturado en Egipto, fechable entre los siglos VII y VI antes de Cristo, teniendo en cuenta el límite cronológico que generalmente ha venido siendo aceptado para la colonización fenicia peninsular. Si bien, dada la relativa frecuencia de hallazgos arqueológicos peninsulares que podrían documentar un desplazamiento de dicha colonización hacia fechas anteriores transmitidas por las fuentes clásicas, en base a los paralelos de este ejemplar, su datación puede ser también anterior, ya que se trata de un modelo tradicionalmente repetido en Egipto.
Escarabeo 2
La pieza es de pasta verde y mide 1,5 cm de longitud, 1 cm de anchura y 0,7cm de grosor. Procede del término municipal de Santaella, Córdoba y también fue hallada igual que el anterior durante labores agrícolas en un nivel muy superficial.
El dorso del escarabeo es también de tipo IV, con tórax y élitros bien definidos. Las patas están bien trazadas con incisión pronunciada y cuenta con perforación longitudinal. Su base está rodeada por una línea sencilla que enmarca tres figuras dispuestas sobre un cesto nb colocado en su parte inferior. Mirando hacia la derecha el halcón Horus es seguido por una cobra. En la parte superior de la composición aparece un disco solar.
Es ésta una agrupación de dioses muy frecuente, cuya simbología está profundamente relacionada con la realeza egipcia. El halcón, símbolo del dios Horus, el hijo de Isis y Osiris que venció y castró a Set, asesino de su padre, convirtiéndole en imagen de la esterilidad y del desierto. El halcón representa al faraón reinante. El monarca es asimismo hijo del dios Ra quien aparece en esta pieza en su forma de disco solar. La cobra protectora dispuesta en las frentes divinas y reales es también un tradicional elemento de esta iconografía.
Elementos muy parecidos al ureo situado tras otras deidades aparecen en escarabeos de Egipto, así como de Cartago, donde un ejemplar muestra a la cobra tras Horus niño y otro delante del halcón Horus, junto a un cartucho de Micerino. En la península Ibérica, tres ejemplares egipcios procedentes de Gibraltar, datables entre los siglos VII y VI antes de Cristo, son muy parecidos al escarabeo que describimos y contamos con cuatro más, pseudoegipcios de factura púnica, procedentes de Ibiza, en los que el ureo está dispuesto ante Horus figurando en uno de ellos repetido a su espalda.
Este escarabeo fue manufacturado en Egipto entre los siglos VII y VI antes de Cristo, teniendo en cuenta el debatido límite anterior de la fecha de los primeros establecimientos fenicios peninsulares según ha quedado comentado en los párrafos finales del estudio de la pieza anterior.
Escarabeo 3
De cornalina ocre rojiza, este escarabeo mide 1,6 cm de longitud, 1,2 cm de anchura y 0,9 cm de grosor. Procede de Santaella en la provincia de Córdoba, siendo desconocidos el contexto arqueológico y las circunstancias de su hallazgo. Su esquema dorsal es de tipo IV, con tórax y élitros bien definidos. Hacia el centro de los élitros aparece una decoración sencilla a base de V enmarcada por dos líneas horizontales ligeramente onduladas. Las patas del insecto están lateralmente insinuadas mediante tres estrechas bandas muy superficiales. Cuenta con perforación longitudinal.
Tiene la base rodeada por una banda incisa en la que se ha grabado una hilera de puntos minúsculos. En el centro una figura femenina, vestida con ropajes hasta los pies y sentada en un taburete, inclina su cabeza hacia el objeto que sostiene con una de sus manos, probablemente un instrumento musical. La figura está orientada hacia la derecha, con su brazo izquierdo extendido. El objeto que sostiene aparece esquemáticamente indicado mediante una delgada línea horizontal y otra similar, algo ramificada en sus extremos, cayendo verticalmente desde aquélla. En ausencia de ejemplares con igual motivo, este grabado tiene los paralelos más próximos en diversos personajes representados en distintas actitudes de la vida cotidiana en los escarabeos de manufactura etrusca.
Es éste un escarabeo pseudoegipcio, posiblemente de manufactura etrusca, fechable entre los siglos IV y III antes de Cristo.
Amuleto
Se trata de una pieza de alabastro rosado con vetas amarillas y pardas que mide 5,5 cm de altura, 1,8 cm de anchura y 2,8 cm de grosor. Fue hallada superficialmente de forma casual por un particular en Montemayor, provincia de Córdoba, y depositado en la colección arqueológica de la parroquia del mismo término municipal.
El amuleto representa a un mono sentado con las piernas encogidas junto al cuerpo, apoyando los codos en sus rodillas y con las manos juntas en actitud de tapar su boca. El espacio entre los brazos y las piernas aparece taladrado circularmente e, igualmente, la parte comprendida entre el cuello y las muñecas. El cuerpo del animal ha sido ahuecado a partir de una cavidad a lo largo de la parte anterior.
En Egipto este tipo de figurita de mono fue utilizado como amuleto desde la dinastía VI hasta la XXX. Fue también difundido en el Mediterráneo, siendo frecuente la presencia de ejemplares en enclaves como Cartago y Cerdeña. En la península Ibérica tenemos paralelos procedentes de Sevilla, Huelva y Ampurias.
La pieza recuerda tanto por su tamaño como por la oquedad practicada en su parte delantera a las figuritas de monos que fueron utilizadas en Egipto para alojar vasos cosméticos. Existen ejemplares también huecos como éste, aunque de tamaño muy inferior, dispuestos como remates en extremos de agujas o estiletes. El mono fue uno de los animales domésticos preferidos por los egipcios. Importado de Nubia o Punt, a veces fue exigido en calidad de tributo fiscal. Aparece incorporado a numerosas escenas murales que recogen distintos aspectos de la vida cotidiana familiar. En ocasiones han sido hallados monos momificados entre los objetos que integran los ajuares funerarios. Muy a menudo se utilizó su imagen como ornamento en mobiliario y en piezas de tocador.
En cuanto al poder protector atribuido a la iconografía del mono representada en amuletos únicamente contamos con la información del supuesto poder contra cualquier tipo de magia de los excrementos de este animal — que por otro lado no posee relación alguna con el babuíno, símbolo del dios Tot -. Esta pieza, que pudo ser un amuleto de simbolismo mágico o un objeto de tocador, probablemente sea pseudoegipcia, de manufactura púnica y datable entre los siglos V y IV antes de Cristo.