SAN FRANCISCO DE PAULA, SANTO PATRÓN DE SANTAELLA

de la Revista de Feria 2019

La Enciclopedia Espasa dice: «(El término) Patrón, o Patrono, aplicado a los santos, se refiere a los que por tradición o por elección son reconocidos como especiales protectores de un territorio o lugar... El oficio de los Patronos es tomar a los devotos que los invocan como clientes suyos, defendiendo su causa delante de Dios, e impetrándoles de Él algún beneficio o el amparo que solicitan». Por su arraigada tradición católica, todos los pueblos de España tienen su Santo Patrón o Patrona.
La mayoría de Santos Patronos locales del sur de España aparecen entre los siglos XVI y XVII. Desde el 23 de marzo de 1630, la elección del Patrón es hecha por el pueblo con consentimiento del clero y el Obispo, y debe confirmarla la Santa Sede. El Patrón lo es a perpetuidad.
En la primera mitad del siglo XVII, Santaella no tenía Santo Patrón. En esas circunstancias, en 1649 aparece en Sevilla una epidemia de peste, la más grave de la historia. Se cree que la peste bubónica entró desde África por algún puerto de Andalucía y se extendió por todo el país, gravemente en ciudades como Valencia, Barcelona o Madrid, pero Sevilla fue especialmente atacada, allí murió casi la mitad de la población, unas 60.000 personas. Naturalmente, la noticia causó pánico en los alrededores, incluida la Campiña Cordobesa. Don Juan Aranda Doncel, en su «Historia de la Semana Santa de Santaella durante los siglos XVI al XX», Córdoba 1998, dice lo siguiente:
«A lo largo del siglo XVII, sobre todo en los años centrales, asistimos a una intensificación del fenómeno religioso propiciado por las calamidades que sufren las poblaciones, especialmente los mortíferos brotes epidémicos. La dramática situación favorece la proliferación de novenarios y procesiones de rogativa solicitando la protección de las advocaciones que tienen mayor arraigo popular en las diferentes localidades, o bien surgen nuevas devociones. Es el caso de La Rambla o Santaella, donde a mediados de la centuria se nombran Patronos a San Lorenzo y a San Francisco de Paula respectivamente, con motivo del trágico contagio de 1650». Se tiene a este santo italiano, nacido en 1416 y fundador de la Orden de Mínimos, por milagroso en la evitación de las epidemias. Sigue diciendo Aranda Doncel: «Posiblemente, otro factor que influyó para nombrar Patrón a San Francisco de Paula fue la presencia de frailes Mínimos... en el pago de La Guijarrosa, donde poseen una casa de labor...».
El nombramiento lo recoge el acuerdo municipal de 1 de mayo de 1650 y se traslada al Obispado, que da visto bueno bastantes años después, el 23 de junio de 1662.
Pero, sin detrimento de la devoción que el santo de Paula merece, ésta no es comparable con la que levanta la Virgen del Valle en el pueblo, eso lo sabe cualquier santaellano. ¿Cómo es San Francisco de Paula el Patrón, y no la Virgen del Valle? A la vista de la cronología: por los pelos. Es justo en ese momento —los años centrales del siglo XVII— cuando el pueblo empieza a volcarse en el Valle. En 1659 se lleva la imagen a la parroquia para rogar el fin de las copiosas lluvias que hacen peligrar las cosechas. Nueve años después, por la sequía. Y ya en 1648 —antes del nombramiento de San Francisco— se habían hecho rogativas al Valle por las epidemias que amenazaban de vez en cuando a la población. Y esto no fue un fenómeno aislado en Santaella, sino algo general. El siglo XVII fue el siglo de María. Los Papas Paulo V y Gregorio XV, a partir de 1617, promovieron la creencia de que ella fue concebida sin pecado original. Alejandro VII declaró en 1661, que el alma de María estaba libre de pecado original. Y continuó en el siglo XVIII: Clemente XI ordenó la fiesta de la Inmaculada para toda la Iglesia en 1708. La fiesta del Rosario fue introducida en 1716. El Ángelus, apoyado por Benedicto XIII en 1724 y Benedicto XIV en 1742.
Durante décadas, en Santaella parecía ignorarse el patronazgo de San Francisco de Paula. Tanto era así que, a partir de 1736, con la devoción al Valle en su apogeo, se trató de nombrar Patrona a su Virgen. Lo explica don Pablo Moyano en su magnífica obra «Santa María del Valle de Santaella», Santaella 1988:
«... el Ayuntamiento —sin duda a propuesta de don Basilio— hace una gestión ante el Obispo de Córdoba D. Pedro Antonio de Trevilla para que la Virgen del Valle sea nombrada oficialmente Patrona de Santaella. El Obispo... envía un escrito:
Quedo enterado por la representación que usted me dirige en 22 de Diciembre último de la solicitud que le tiene hecha ese Ayuntamiento a fin de que haciendo presente al Clero de esa Villa la aclamación de Patrona... La Sagrada Congregación en virtud al consentimiento unánime, del Obispo Diocesano y Clero y cerciorada de no haber en el pueblo otro Patrono...
»Sin duda alguna el exigente Obispo no sabía que Santaella ya tenía un Patrono Oficial, San Francisco de Paula, desde el año 1650. De haberlo sabido, habría dicho simple y llanamente que se suspendiera toda la tramitación del expediente.
»Queda perfectamente claro que la Virgen del Valle no es Patrona de Santaella en sentido estrictamente canónico. Pero en la fe de los pueblos hay otra forma: la que brota del corazón y se consagra por plebiscito tácito. Así lo entendió Santaella e hizo la proclamación de "Patrona" por asentimiento popular. El primer paso lo dio el Ayuntamiento en 1736, pero eso que hizo el Municipio no era otra cosa que un reflejo del sentimiento colectivo, desde el siglo XVI».

Feliz Feria a todos.
Juan Delgado Ramírez y amigosdesantaella.com