Bienvenida del Presidente de la Hermandad
SEÑOR ALCALDE-PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE SANTAELLA, SEÑOR CURA-PÁRROCO, SEÑORA PRESIDENTA DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS DE HERMANDADES Y GRUPOS DE SEMANA SANTA DE SANTAELLA, SEÑORES PRESIDENTES Y REPRESENTANTES DE LAS DISTINTAS HERMANDADES Y GRUPOS DE SEMANA SANTA, SEÑOR HERMANO MAYOR DE LA HERMANDAD DE LA VIRGEN DEL VALLE, SEÑOR HERMANO MAYOR DE LA HERMANDAD DE HIJOS AUSENTES DE SANTAELLA, PAISANOS, HERMANOS Y DEVOTOS:
BUENAS NOCHES A TODOS, BIENVENIDOS UN AÑO MÁS AL ACTO QUE NUESTRA
HERMANDAD DE MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD ORGANIZA EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO Y LA HERMANDAD DE HIJOS AUSENTES DE SANTAELLA, PARA HOMENAJEAR LA FIGURA DEL AUSENTE DEL AÑO.
QUIERO DAROS LA BIENVENIDA A NUESTRA CASA-HERMANDAD A TODOS Y
ESPECIALMENTE A NUESTRO HOMENAJEADO DE ESTA NOCHE, DON ENRIQUE AMAYA
AGUILERA Y, POR SUPUESTO, CÓMO NO, A TODA SU FAMILIA. ESTÁIS EN VUESTRA CASA.
COMO YA SABÉIS, ESTE ACTO EMPEZÓ EN 2004, CUANDO SE CELEBRÓ POR
PRIMERA VEZ, COINCIDIENDO CON NUESTRA FERIA REAL, Y, DESDE ENTONCES,
ININTERRUMPIDAMENTE SE HA VENIDO CELEBRANDO AÑO TRAS AÑO, CON LO QUE SON YA 15 LOS AUSENTES HOMENAJEADOS. CADA UNO DE ELLOS NOS HA DEJADO UNA HUELLA IMBORRABLE, HACIÉNDONOS PARTÍCIPES DE SU VIDA Y DEJANDO PATENTE EL INCREIBLE AMOR QUE SIENTEN POR NUESTRO PUEBLO; NOS HAN EMOCIONADO CON SU PROFUNDO SENTIR HACIA NUESTRA SANTAELLA A PESAR DE LA DISTANCIA, CON SU AÑORANZA POR SU TIERRA, SU FAMILIA Y SUS GENTES, A LAS QUE UN DÍA TUVIERON QUE DEJAR ATRÁS PARA GANARSE LA VIDA EN OTROS LUGARES DE NUESTRA GEOGRAFÍA.
HOY TE TOCA A TI, ENRIQUE, QUE, COMO TODOS Y CADA UNO DE LOS QUE TE HAN
PRECEDIDO, ERES SOBRADAMENTE MERECEDOR DE ESTA DISTINCIÓN QUE HOY TE HACE TU PUEBLO CON EL MAYOR CARIÑO Y EL MAYOR AMOR POSIBLE; ESTA DISTINCIÓN POR LA QUE SE TE RECONOCE COMO AUSENTE DEL AÑO.
BIENVENIDOS, PUES, TÚ, TU FAMILIA Y TODOS LOS PRESENTES, AL ACTO DE
RECONOCIMIENTO AL AUSENTE DEL AÑO 2018 QUE VAMOS A COMENZAR.
POR TANTO Y SIN MÁS DILACIÓN PASO LA PALABRA A NUESTRO QUERIDO
VICEPRESIDENTE Y VOCAL DE ACTOS Y CULTOS, DON CRISTÓBAL RÍO BERMUDO.
Emilio Cabello Arroyo
Presidente de la Hdad. de María Santísima de la Soledad
16 de abril de 2019
Presentación
Para que conozcáis la historia de Enrique Amaya, deberíamos escribir un libro. No os asustéis…intentaremos no alargarlo mucho.
Desde que éramos niñas, recordamos a nuestro padre contándonos batallitas de cuando él era niño. Aquí en su pueblo, pese a las carencias que le tocó vivir, fue feliz.
Hace referencias a sus diabluras (fue monaguillo, pero no de los que se estaban quietos; sus aventuras con los amigos en la fuente de La Pita; compadecemos a las palomas, gatos y animales que pasaban por sus manos). Por favor, que no se ofenda nadie; era un niño. Fue aprendiz de Charrasca el zapatero del pueblo. Le encantan todas las comidas típicas de aquí, en especial las que le hacía su madre. ¡Y que ni decir tiene, los productos de su tierra son los mejores, el pan de Paco el del horno, aceite, ajos, garbanzos, melones, si son de Santaella están buenísimos!
Nos habla con especial cariño y admiración de su madre, de todos los valores que le inculcó, en especial a no ser egoísta y a no tener jamás rencor. Sus palabras siempre han sido que la educación es nuestra carta de presentación.
Para que lo conozcáis mejor, os haremos un breve resumen de su vida desde que salió del pueblo.
Con 14 años ingresó en el ejército, porque según él, en aquella época para poder comer o te metías a cura o a militar y ya os decimos nosotras que de cura no lo vemos.
Aprendió mucho, entre otras cosas a montar a caballo, tanto que llegó hasta a doblar actores. ¿Habéis visto la versión antigua de “Los últimos de Filipinas”? Pues él es el que dobló al protagonista.
No podemos hablar de la vida de nuestro padre sin hacer especial mención de Carmela Amaya, su madre, él la tiene siempre muy presente, superó muchas cosas y creció personal y profesionalmente gracias a lo mucho que ella luchó por que su pequeño tuviese un futuro y especialmente, que fuese un gran hombre. “Abuela, dondequiera que estés sabemos que hoy estás muy orgullosilla de tu hijo.
Destinado en Valencia como Guardia Civil de tráfico, conoció a la que hoy es su mujer, compañera de batallas con la que tiene cinco hijos, nueve nietos y tres biznietas. ¡¡Otro ejército, papá!!
Tuvo un accidente en acto de servicio en el que casi perdió la vida, un 20/06/1966. Otro golpe duro, pero una vez más se supera a sí mismo con la ayuda de nuestra madre.
No vuelve al pueblo hasta que tiene la edad de 41 años. Frasquito Paula, lo buscó durante mucho tiempo, hasta que consiguió hacerse con él. Le presentó a Carola y Diego, primos de nuestro padre y ellos le animaron a volver a Santaella.
Desde entonces nunca ha perdido el contacto con su tierra y sus gentes.
Volvió a vivir la Semana Santa en su pueblo, a sentir los tambores, las saetas a la Virgen de La Soledad y a su Virgen del Valle, que le llenan de emoción y que siempre lleva en su corazón.
Es un hombre que se hizo a sí mismo, muy trabajador y con mucho carácter, creednos.
Su gran tesoro somos su familia, lo que más valora son los momentos de reunión, todos juntos, le gusta sentarse a la mesa rodeado de todos los suyos.
Sus nietos destacan de él que siempre tiene un libro en la mano y una gran complicidad con ellos, los vemos riéndose y haciendo trastadas juntos, sacan de él su niño interior. Pasa horas en el porche del chalet contándoles batallitas, nunca se cansan de escucharlas y por mucho que las repita, solo ven el brillo de sus ojos y la emoción que siente al contarlas. Los primeros amaneceres de sus nietos en la playa los vivieron junto a su abuelo. Ha compartido su sabiduría, sus refranes y consejos. Es bastante renegón, pero a pesar de ello, lo da todo.
Es respetado y querido en su entorno, tiene grandes amigos. Esto no lo decimos porque queramos dejarlo en buen lugar, no es necesario, lo decimos porque es una gran verdad.
No podemos terminar sin dar las gracias a tanta gente que ha hecho posible que hoy estemos aquí. Carola, Diego e hijos, Chelo y Manolo fuisteis los primeros en abrirnos vuestros corazones. Rafaelín y Carmen, gracias. Sus amigos del pueblo; no nos atrevemos a nombrar a todos porque no sabemos si nos dejamos a alguien y seguro que a nuestro padre no le gustaría.
Para recibir cariño nunca es tarde, ese es el que nos ha dado una gran familia de este pueblo. Sus hermanos, Gracia, Manolo, Agustín y Rafael Ángel, cuñadas/os, sus sobrinos/as. No sabéis lo feliz que le habéis hecho, por ello todos nosotros estamos muy agradecidos.
Permitidnos aprovechar este momento para pedirle a la Virgen de la Soledad y a nuestra Virgen del Valle por Amador Moreno Amaya, hermano de esta cofradía, para que pueda volver a estar aquí y sentir la Semana Santa.
A todos y cada uno de los miembros que formáis parte de esta gran cofradía, queremos daros las gracias por este acto, por acordaros de Enrique Amaya Aguilera, hijo ausente de Santaella y que siempre os ha llevado y os llevará en su corazón.
M.Carmen, Valle y Alicia
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