Homenaje al
AUSENTE DEL AÑO 2008
D.Antonio Ríder Pérez

PRESENTACIÓN:

Sr. Alcalde o representante del excelentísimo Ayuntamiento, Sr. Presidente y miembros de la directiva del grupo de Mª Santísima de la Soledad, hermanos (bueno, perdón por lo de hermanos, más bien diría que “primos” o a lo sumo parientes, porque se me olvida que las mujeres en esta hermandad sólo podemos ser “parientas” o “allegadas”, pero nunca hermanas).

En fin, vamos a dejarlo, mejor diré queridos paisanos/paisanas, porque así no me equivoco, la expresión va con los tiempos y es más “políticamente correcta”. Nos encontramos hoy aquí para sumarnos al cariñoso y merecido reconocimiento que esta Hermandad viene haciendo muy acertadamente, desde hace unos años, a un hijo “ausente” de Santaella y que este año ha recaído en nuestro querido Antonio Ríder Pérez, hijo ejemplar de nuestro pueblo, y digo ejemplar en todos los sentidos:

· Noble, bueno, sencillo, humilde, cariñoso…
· Brillante profesional y trabajador incansable.
· Gran deportista.
· Amigo de sus amigos.
· Y guapo… porque sí…, y muy de su pueblo porque también.... ¿Qué queréis que os diga…? Las cosas son como son y Antonio es lo que es, y voy a parar de decir piropos y elogios porque no terminaría nunca y, aun así, nos seguiríamos quedando cortos.

Mi querido amigo: en primer lugar, quisiera decirte que vengo a pronunciar estas sencillas palabras en nombre de toda Santaella. Yo sólo voy a ser la portavoz (porque tú así lo has querido) de este colectivo de gente que te quiere, te respeta y se siente muy orgulloso de tenerte como paisano y amigo y además quiere decírtelo muy clarito para que lo sepas y no se te olvide nunca.

Al principio no sabía por dónde empezar y se me ocurrió sondear un poco la opinión de nuestros conciudadanos: ¡¡¡No se puede suscitar más unanimidad!!!,¡¡¡vences por goleada!!!, eres profeta en tu tierra (yo creo que un grandísimo profeta).Tu pueblo te quiere, te admira y te tiene por uno de ellos; formas parte de su historia, de esa historia con minúscula que escribe la gente sencilla, la gente de bien como tú, con su manera de ser y de obrar y con el desempeño de su labor diaria…, sin pretensiones, con honradez, generosidad, naturalidad y grandeza de espíritu.

Ahora quisiera aclarar el porqué tu hermandad de siempre, la de tu familia, la nuestra, la de Mª Santísima de la Soledad, (de la que tu padre don Sebastián Ríder, junto a otros padres de algunos de los aquí presentes, se honra en ser socio fundador) te nombra “ausente” del año.

Primeramente, ni que decir tiene que tu calidad humana y tus meritos profesionales te hacen merecedor de mil y un reconocimiento pero, además, me comentabas que no te cuadraba lo de ausente porque tú nunca te habías ido de aquí…y precisamente esa es la clave.

La palabra “ausente” entre comillas es, para los santaellanos, una palabra muy arraigada y familiar, forma parte de nuestra jerga particular y todos sabemos muy bien a quienes designa; creo que en ello tiene mucho que ver La Hermandad de nuestra Virgen del Valle que, como sabemos, tiene dos brazos: hermanos presentes y hermanos ausentes, éstos últimos son los hijos del pueblo que se fueron, pero como dice el fandango de Huelva: se fueron de palabra, pero no de pensamiento ni de sentimiento.

Y tú te fuiste, claro que te fuiste y a muy corta edad, con 9 o 10 años a lo sumo, te vas a Córdoba al Colegio del Carmen para hacer el bachiller elemental y pocos años más tarde, y después del gran mazazo que te da la vida, las circunstancias te llevan a vivir definitivamente con tu familia a Sevilla, ¡buena tierra Sevilla! Además patria chica de tu queridísima madre que, por cierto, fue una de las principales promotoras y, además, da nombre a la obra social más importante y más progresista del pueblo: la “Guardería Laboral Pepita Pérez Acuña”. Hace ya casi 40 años en Santaella, tu madre y otras grandes mujeres de nuestro pueblo, mujeres adelantadas a su tiempo, ya hablaban de conciliación de la vida familiar y laboral; para que se vea que eso no es invento de los políticos de ahora….

Pero sigamos con el tema que nos ocupa. Decíamos que ese vivir y estudiar fuera no fue problema para seguir integrado en el día a día de Santaella. Por ejemplo, vamos a una de tus grandes aficiones, el deporte. ¿Cómo sería posible hablar de las glorias deportivas del insigne Club de fútbol local sin hablar de ti? Cuando te ficharon eras tan joven que por un tiempo fuiste Alfonso Quero Gómez, el hijo de nuestra querida Leocadia para poder jugar, ¡qué orgullosa se sintió ella de poder ser tu madre aunque fuera de mentirijilla! .También creo que has sido o eres “vieja gloria”…. No os riáis, que lo digo sin ninguna intención, ¡mal pensados!, me refiero al segundo gran equipo de fútbol de nuestro pueblo, llamado “viejas glorias”, ¿sabéis por qué se llama así? Pues porque el que tuvo y retuvo….se puede permitir el lujo de llamarse lo que le dé la gana y ponerse además el mundo por montera ¿verdad que si?

Ahora dejemos el deporte y pasemos a la Semana Santa. También tu presencia en ella ha sido continua. Recordemos alguna anécdota, por ejemplo, el año que te levantaste a la salida de Jesús y no encontrabas tu capa de nazareno de la soledad; no había por qué ponerse nervioso. Tu temple, ese temple tuyo de “Milord, el Támesis” que algunos tan bien conocemos, hizo que rápida y espontáneamente encontrarás una solución: una sencilla sábana blanca anudada al cuello fue suficiente. Y allí estaba nuestro Antonio Ríder en la procesión maravillando al personal, siempre tan discreto, pero en su sitio, como seguramente en su sitio estaría el año que la mañana del Viernes Santo “Antonia la de los jeringos” perdió la porra, ¿cuánto tiempo tardó en aparecer? ¿Sabéis dónde estaba? Creo que dentro de la televisión del grupo de La Soledad, aquella primera casa de hermandad llamada “el templo” que albergó durante muchos años reuniones de nuestros hermanos fundadores y que fue buena cantera de ”soledanos”, muchos de ellos aquí presentes.

Poco a poco han ido pasando los años y tú has seguido siempre aquí, en tu tierra; nada de viajes ni vacaciones fuera de Santaella en Semana Santa, ni en feria, ni en Navidad. Junto a tu familia, en vuestra viña, has intentado transmitir a tus hijos algo de lo que sientes por este pueblo tuyo, por sus tradiciones, su cultura y su gente.

Ahora voy a hacer una breve reseña de lo que nuestro “Ausente del año” ha conseguido con tesón y trabajo en el terreno profesional:

- En el año 1978 se licencia en Farmacia en la Universidad de Sevilla.
- Poco después, se especializa en Análisis Clínicos en Barcelona, tarea que le apasiona y a la que sigue dedicado en cuerpo y alma con resultados brillantes.
- Se diploma en Óptica, Optometría y Ortopedia en el año 1980 en la Universidad de Barcelona.
- Ha participado y participa activamente en múltiples Congresos sobre Análisis Clínicos.
- Algunos de sus trabajos han sido publicados y ha colaborado en el libro científico la “Atención farmacéutica en pediatría”, siendo el encargado del estudio de las anemias en la edad infantil.
- Es Vocal de Análisis Clínicos del Real e Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, desde donde organiza y dirige bastantes cursos de actualización y formación continua para profesionales de esta especialidad que tan bien domina.
- También es Vocal autonómico de la Asociación Española de Farmacéuticos Analistas de Andalucía y
-Vicepresidente de la Junta Directiva de esa misma asociación a nivel nacional.

Y todos estos talentos y otros muchos más que tiene están puestos a disposición de sus paisanos las 24 horas del día, porque tu Antonio Rivilla Toro, nuestro “Antoñín el de la farmacia” es una especie de cordón umbilical que te mantiene unido a cada uno de nosotros y a nuestras necesidades que tú procuras satisfacer, en la medida de lo posible, con cariño, extremada discreción, generosidad y premura, siguiendo la máxima evangélica de que lo que haga tu mano derecha no lo sepa tu izquierda.

Y para finalizar, he dejado muy a propósito tu obra cumbre, pero no te equivoques… que no me refiero a tus progresos en el golf, ya sé que tu hándicap está ya en 9 y medio (ya mismo te vemos en el Open de golf de Augusta…), ni a tu bicampeonato de Andalucía de Squash y ni tan siquiera a tus numerosas participaciones en la Maratón de Sevilla (que todo eso tiene mucho mérito, lo sabemos todos y yo no lo discuto)…lo que quiero es hacer una mención muy especial a algo mucho más meritorio, trascendente y duradero…a esa maravillosa familia que junto a Mª Jesús has formado. Dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, pero en este caso precisamente me consta que no ha estado detrás, ha ido a tu lado, codo con codo, luchando los dos con el día a día de la vida para conservar vuestro amor y permanecer juntos después de 26 años. Con toda tranquilidad y satisfacción podéis mirar a vuestro alrededor y comprobaréis que la obra realizada con vuestros hijos, familia, amigos y con todos los que os rodean es un grandísimo éxito. La correa de transmisión de los valores humanos y sólidos principios que han guiado vuestra existencia está asegurada con vuestros maravillosos hijos: Carmen, Pepa y Antonio Ríder junior. Ellos han tomado ejemplo vuestro y el resultado no puede ser mejor, a esto es lo que se llama una obra de arte y un trabajo bien hecho.

Y como dice el refrán que amor con amor se paga y que es de bien nacidos el ser agradecidos, nosotros te queremos agradecer como mejor sabemos todo lo bueno que por nosotros haces. Antonio, te queremos a ti y a los tuyos con todo nuestro corazón, contad con nosotros siempre porque somos vuestro pueblo y todos formamos una gran familia.

Y me voy a permitir un último ruego: por favor, si quieres, cambia de placeres pero no cambies nunca de amigos ni de pueblo.

Mª Victoria Arroyo Jaraba


AGRADECIMIENTO:

Vecinos y Amigos de Santaella, señoras y señores,

Cuando, hace días, Manuel Rodríguez Montilla me trasmitió el mensaje de ser elegido Ausente del año 2008, tengo que reconocer que fui invadido por cantidad de sensaciones que no me permitían esclarecer la causa por la cual yo era depositario de tan noble galardón.

¡Madre mía, me dije, Yo, ausente del año! ¡Pero si yo no soy nadie! ¿Realmente soy ausente? Pero, ¿qué significa ser ausente del año en mi pueblo?

Tras muchas disquisiciones internas sobre mi mismo y mi relación con Santaella pude comprender la importancia de este reconocimiento. En primer lugar porque es un símbolo de cariño principalmente y segundo estoy seguro de este reconocimiento en todos los órdenes de la vida.

Muy probablemente, en mis orígenes, mi abuelo Antonio Ríder Sevillano y luego y sobre todo mi padre Sebastián Ríder Amaya —y con él Antonio Rivilla Toro “Antoñin” para todos, pilar imprescindible en nuestras vidas—, hayan dejado para siempre un clima de cariño reciproco, de honorable trabajo realizado día a día y sean ellos los verdaderos merecedores de este premio, que como siempre en la vida, unos lo trabajan para que los frutos sean recogidos por otros. La vida es tan corta que debemos ser solo depositarios de valores que son los que hemos de trasmitir a nuestras generaciones. Lo realmente difícil es entregar el testigo, como si de una carrera de atletismo se tratara, pero sin que se caiga en el intento. Desde este foro envío un fuerte abrazo para mi padre que sufre y lucha con su enfermedad invalidante y que estoy seguro se mostrara orgulloso de este reconocimiento, no en vano Santaella es su pueblo, es su gente.

Primero fui niño, después adolescente, más tarde fui un hombre joven. Hoy soy un adulto y me siento en plena madurez, aunque a veces me hubiese gustado detener el tiempo en aquella edad. ¿Es verdad que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor? No lo sé, no lo creo, sin embargo la vida te impone retos continuos que hay que afrontar día a día. Repaso las páginas de mi vida y me detengo en ella.

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero, escribía Antonio Machado. Pues bien, cuando intento recordar las etapas jóvenes de mi vida, a mi mente afloran flashes donde puedo contemplar... al “tío Chupito” corriendo tras nosotros en aquel magnifico paseo en alto que había en la plaza del Ayuntamiento, donde corríamos tras una naranja dándole patadas(ó como mucho a una pelota de gorila), después de que nuestras madres nos hubieran obsequiado con un “hoyo de aceite” para merendar. Os suena, ¿verdad? ¿Y las escuelas?, donde todavía recuerdo la leche en polvo que nos suministraban, los juegos a piola... Mi primera comunión, que tenia como compañera a Tere Merino, la mujer de Juanito Aljama.

También fluye en mi Santaella la sensación mas triste de mi vida cuando en un día muy frío de febrero me sacaron de clase de matemáticas del colegio en Córdoba para llevarme en coche a Santaella y oír de Manolo López del Moral la frase mas terrible de mi vida: Antonio, tu madre ha muerto.

¡Vivir la vida sin una madre, vaya una putada! ¡Que se lo pregunten a mis hermanos! ¡Se te desgarra el corazón! Tuvimos mucha ayuda familiar, la verdad. Los orígenes son imprescindibles para forjar la personalidad de una persona y sin ellos no hay destino. Yo nací en Santaella; los pilares de nuestras vidas (nuestros padres) se desvanecen y me falta el pilar principal, mi madre. Todavía me faltan las palabras de amor que ella seguro me dirigió desde el cielo; ella me hablaba de ternura y de sensibilidad, probablemente las que me faltan. Por cierto, entre los pocos recuerdos que tengo de ella quedaron aquellos encuentros con sus amigas para recolectar algo de dinero para crear una guardería en Santaella que por entonces era una necesidad para los más desfavorecidos del pueblo. Sea este un buen momento para su reconocimiento. Maria Moreno, Conchita la de Andrés Gálvez y Aurora Prieto saben de lo que hablo.

Pero si Santaella me supo a dolor, también tengo que decir que me sabe a amor, amistad, cariño… fue siempre un oasis, un remanso de paz que buscaba en mis vacaciones cuando contaba los días desde el internado.

Santaella, ahora me veo con mi amigo Cabello buscando “pitones” para hacer una zambomba para preparar la Navidad.

Santaella me huele a heno cuando en primavera cogiamos “ayosas” en la Matilla (ya sabéis);

Santaella me huele a incienso en Semana Santa cuando los preparativos de nuestra Virgen de la Soledad; también me recuerda a mi amigo Cabello esperándome en casa de Dolores, su madre, mi ayuda, para proporcionarme la capa o el capirucho de Nazareno y que solo un despistado como yo podía presentarse sin ellos en momentos previos al desfile; Ríder, ¿qué te falta este año?, me decía. Desde aquí mi recuerdo para todos los hermanos perdidos de la Soledad. Para ti Pepe Arroyo que estarás en el cielo.

Santaella me sabe a largos y calurosos estíos donde jugábamos al fútbol todas las tardes y donde construimos las paredes de aquel remodelado estadio (el padre de Bartolo, José Cantillo es testigo), subíamos corriendo el “Puy de Dome” con una fuerza inusitada.

Santaella me sabe a fútbol, a Antonio Alijo, a Curro Montilla; a Antonio Perdigón y a nuestro “Chispitas”(que en paz descansen), nuestras salidas a las ferias de los pueblos vecinales, a veces hurtando el coche a mi padre, con la osadía de aquella juventud, no podía ser de otra manera. ¡Ángel Rivilla tiene este recuerdo en su retina porque lo hacia con una pericia increíble!

Santaella es nuestra casa del “Corralon”, donde vive actualmente Clemente Palma Jiménez compañero de penurias en el internado del Carmen; es nuestro piso en los altos de la Farmacia en la calle Corredera y es “Viña Pepita” donde pude disfrutar de todos mis hermanos y aun lo seguimos haciendo.

Santaella es el cine de Manolito, luego el de Saturno en el Castillo. ¡Qué magnificas películas del Oeste con la brisa del viento en las noches veraniegas!

¿Y mis amigos? ¡Por Dios!, siempre mis amigos, no voy a nombrarlos porque ellos saben quienes son y yo sé quién es cada uno de ellos; es la confidencialidad de las personas cuando han compartido momentos felices. Nuestros paseos por la carretera de Puente Genil, nuestros inocentes guateques, la música de Adamo, los Beatles, los Brincos, Simón y Garfunkel. ¡Mis amigos!, a los que quiero y quiero dedicarles este extracto de una canción escrita por ¿quién si no?, sino Roberto Carlos, y que dice así:

...en ciertos momentos difíciles que hay en la vida
Buscamos a quien nos ayude a encontrar la salida
Y aquella palabra de fuerza y de fe que me has dado
Me da la certeza que siempre estuviste a mi lado...

En fin…como veis no soy nadie sin vosotros, sin mi gente de Santaella. Conformasteis mi infancia, moldeasteis mi adolescencia y me recuperasteis para ser hijo de Santaella. Soy muy testarudo y también soy leal y fiel en mis relaciones. No se si en mi madurez tendré todavía mucho que aprender, pero me siento afortunado por la familia que tengo, mi mujer María Jesús, mi hija Carmen, que ahora estará volando hacia la India, mi hija Pepa, mi hijo Antonio, a los que amo con todo mi corazón.

¡Santaella!, sin lugar a duda, me siento orgulloso y querido por vosotros, a quienes también os quiero. Mi vida es afortunada porque María Santísima de la Soledad me ha protegido y Nuestra Sra. del Valle me ha guiado. Pido lo mismo para mi familia y para todos vosotros.

Gracias por permitirme expresar lo que siento. Siempre gracias a Santaella, muchas gracias.

Antonio Ríder Pérez
Santaella, 7 de abril de 2009