EL ARTE EN SANTAELLA

ARQUITECTURA RELIGIOSA

Dominando la población desde lo más alto de ella, en la llamada Villa Vieja, se encuentra la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los edificios más monumentales y de mayor categoría de la provincia de Córdoba. En su lugar ya existió una vieja mezquita musulmana de época califal, o sea del siglo X, que pasó a convertirse en templo cristiano una vez que Santaella fue incorporada por Fernando III el Santo en 1241. Este recinto, que tuvo cuatro naves de no mucha altura y techos de madera, se mantuvo como iglesia durante siglos demoliéndose al ser formado el nuevo cuerpo de naves en el siglo XVII. Pese a ello aún quedan algunos vestigios del mismo, incluido el patio meridional, aunque éste y sus dependencias vecinas acusan obras mudéjares practicadas una vez puesta la antigua mezquita en manos cristianas. Dicho patio, no muy grande, tiene dos arcos de medio punto por lado, salvo en el flanco que pega a la iglesia donde son apuntados. En dependencias vecinas se ven otros arcos ojivales de ladrillo elevados en pilares octogonales de piedra, conservándose además el bello artesonado mudéjar de la que fue capilla de Ánimas con sus tirantes decorados con los típicos lazos estrellados que asimismo se ven en el paño central de la techumbre.

En el lado contrario del evangelio (Ver el glosario al final de la página para una mejor comprensión de los términos arquitectónicos) se llevaron a cabo las siguientes obras, ya en el siglo XVI. Exactamente en 1527 se concluyó la torre que años antes se había iniciado por mandato del obispo fray Juan Álvarez de Toledo, corriendo con la construcción Hernán Ruiz I. Propia de un gótico tardío dicha torre presenta robusto y esbelto fuste octogonal, rematado en hilera de arquillos trilobulados con ménsulas, que en todo recuerda la que décadas antes se hizo en la parroquia de San Nicolás de Córdoba, aunque ésta de Santaella también incorpora algunos ornatos renacentistas. Los daños sufridos en el célebre terremoto de Lisboa obligaron a que se reconstruyese el campanario entre 1771 y 1773 con la intervención de los maestros Martín Ruiz y Francisco Carrasco. Este nuevo campanario se eleva en dos cuerpos cuadrados decrecientes con medios puntos entre pilastras, sosteniendo las del último frontones curvos que a su vez sirven de asiento a un bello capitel de perfiles cóncavos con decoración de placados. Pese a éstas y otras decoraciones de estirpe barroca el conjunto del campanario avanza hacia el neoclásico. Dentro de la torre se formó una pequeña capilla asimismo gótica, con bóveda de tercelete e ingreso apuntado de doble arquivolta que todavía se ve adosada al cuerpo de naves. Por encima de ella se abre una bella portada plateresca que da al patio septentrional de la parroquia. Lo mismo que la torre luce las armas de fray Juan Álvarez de Toledo lo que le da semejante cronología a pesar de su estilo diferente. También puede considerarse obra de Hernán Ruiz I ofreciendo rasgos comunes con otras de este maestro como la de La Rambla.

Tiene medio punto flanqueado por columnas de fustes terciados y sobre ello nicho avenerado (ver glosario) , todo recubierto de grutesco de gran finura aunque asimismo perviven motivos de tradición gótica. En suma, se trata de una obra de gran interés que puede figurar entre las más tempranas manifestaciones del plateresco cordobés.

Durante la segunda mitad del siglo XVI se llevó a cabo la empresa arquitectónica más importante de la parroquia, su grandiosa capilla mayor de cantería que entonces se formó adosada al límite oriental de la antigua mezquita. Se empezó en 1559 con proyecto del célebre Hernán Ruiz II - quien además figuró como director de las obras - y tras su muerte en 1568 quedó en manos del tercero de los Hernán Ruiz. La envergadura de la construcción hizo que se prolongara hasta los primeros años del siglo XVII, ahora teniendo por maestros mayores a Juan de Ochoa y Blas de Masabel. Fruto de estas obras es una impresionante y gigantesca capilla cuadrada con altos nichales en cabecera y muros laterales que albergan bajo sus arcos serlianas, que igualmente se repiten al exterior, con pedestales de decoración geométrica y pilastrillas acanaladas. Sobre esos nichales también se abren ventanas con aparatosos marcos, que incluyen hornacinas y aletones cóncavos de encuadre. Este espléndido conjunto renacentista, uno de los mejores de la provincia, se corona con la gran cúpula casetonada que a partir de 1600 construye Juan de Ochoa, tan majestuosa que llega a evocar la del Panteón de Roma. Si este interior es único no menos lo es su exterior, que deja ver un monumental volumen de sillería, que domina sobre toda la población y su campiña, haciendo honor al célebre dicho. En los laterales sobresalen los muros de los nichales decorados en su remate con esas serlianas ya comentadas, acogiendo la del lado de la epístola un grupo de la Anunciación, de bello estilo renacentista y grandiosidad miguelangelesca; corresponden estas labores escultóricas al entallador Francisco Fernández y a los años 1572-73. En el lado del evangelio sólo se ven unas figuras alegóricas en los óvalos de encuadre.

Una vez terminada esta empresa era mucha la cabecera para lo poco de las viejas naves de la mezquita musulmana. Así, se hacía preciso formar un nuevo cuerpo de iglesia en consonancia con aquélla lo que se puso en práctica a partir de 1668, dando las oportunas trazas el maestro mayor del obispado Juan Francisco Hidalgo. Éste formó una gran nave abovedada de aristas y otras dos menores con cuarto de cañón (conservado sólo el del evangelio), separándose a través de tres amplios arcos de medio punto por lado con sus respectivos pilares prismáticos de piedra. Sus enjutas ofrecen una muy interesante decoración barroca de envolutadas bandas con hojarasca, flores y frutos, todo ello de tratamiento carnoso y abultado. El propio Hidalgo proyecta en 1680 la portada de los pies con parejas de pilastras y fragmentos de frontón curvo que encuadra un ático con nicho avenerado y tímpano triangular, componiéndose así un conjunto grandioso y de especial empaque. Junto a ella hay otra portada de mediados del siglo XVIII que da acceso al pequeño claustro.

Dentro de la población, en el extremo opuesto a la parroquia existe otra iglesia, la ermita del Santo Cristo de la Vera Cruz, cuya existencia ya está documentada en el siglo XVI aunque su aspecto actual debe mucho a una reciente reedificación, conservando no obstante su antiguo plan de nave única. Pero más que en esta iglesia hay que insistir en el santuario de Nuestra Señora del Valle, que ocupa uno de los más hermosos parajes de la Campiña, a corta distancia del pueblo. Ya hay constancia de este templo en el siglo XVI si bien la mucha veneración de la Virgen ha hecho que haya sido reconstruido en diversas ocasiones. En 1699 se fecha la portada con espadaña que hoy da acceso al patio y antigua casa del santero, lo que revela obras entonces realizadas en una primitiva ermita que a mediados del siglo XVIII se sustituyó por el magnífico templo actual, gloria y excelencia de la arquitectura barroca cordobesa. Este edificio se levantó gracias a la generosidad del sacerdote Miguel Vicente Alcaide y Lorite, realizándose sus obras entre 1747 y 1752, posiblemente con proyecto del importante artista cordobés Tomás Jerónimo de Pedrajas. La usual planta de cruz latina ofrece en este caso una especial configuración con su cabecera trilobulada bajo cúpula, destacando especialmente los brazos del crucero con sus juegos de curvas en planta y alzado, que incluso alcanzan a los casquetes gallonados de su cubierta, los cuales incluyen además unas grandiosas ventanas, recurso que también se puso en práctica en la famosa iglesia de la Merced de Córdoba. El bello efecto del edificio no sólo se debe a esos juegos de las estructuras sino también a una elegante decoración de carácter geométrico muy relacionada con lo ecijano que discretamente se lleva a las cubiertas y tribunas del coro. En suma puede afirmarse sin ningún temor a exagerar que esta ermita es una de las más bellas de Andalucía. Asoma al exterior con noble fachada de cantería rematada en frontón, incorporando portada con pilastras y culebreantes moldurajes, que en versión sencilla evocan los de la impresionante portada de San Hipólito de Córdoba, obra del mencionado Pedrajas.

ARQUITECTURA CIVIL

Testimonio elocuente del intenso pasado histórico de Santaella es el cinturón fortificado que parcialmente conservado rodea la Villa Vieja; obra musulmana efectuada en época almohade, a finales del siglo XII. Particular interés tiene el lienzo de muralla que asoma y domina la Plaza Mayor, principal centro urbano de la población. En él se ve una típica puerta de recodo con gran arco de herradura apuntado y cerca de ella un gran torreón prismático de tapial que con su vigorosa silueta preside esa plaza. En su frente principal se ve un gran vano recto con marco del característico motivo de "galleta" bajo arrabá de molduración gótica, lo que indica obras cristianas realizadas seguramente a principios del siglo XVI, quizá por Hernán Ruiz I.

Entre esa puerta y la torre se encuentra adosada una construcción barroca de manipostería con portada y balcones de ladrillo que fue la sede del antiguo Ayuntamiento, hoy establecido en un edificio vecino de reciente fábrica. También asoman a la Plaza Mayor otros inmuebles de interés como la vieja posada, que aún conserva una portada con dintel de marcadas dovelas, al parecer de comienzos del siglo XVII. De esta misma época es el portal de ladrillo del número 4 de la Corredera.

Junto a estos edificios debe mencionarse importantes casas señoriales, destacando sobre todo las que se ubican en la céntrica calle del Paraíso hoy dedicada a Antonio Palma Luque. Su número 17 marca la llamada Casa de las Columnas, que fue construida entre 1730 y 1734 a solicitud de los hermanos Miguel Vicente y Juan Fernando Alcaide y Lorite, familia de las más importantes de Santaella y muy vinculada al Valle, según se ha visto. Constituye una grandiosa mansión dieciochesca cuya fachada preside una monumental portada con columnas y balcón superior que debió ser ejecutada por el conocido cantero de la época Cosme de Mier. Colindando con ella, el número 19 corresponde a otra grandiosa casa del XVIII con portada-balcón de ladrillo. Conserva el patio interior y una escalera abovedada con decoración de placados. Siguiendo por la misma calle se localiza el antiguo pósito, fechado en 1736, en el que destaca su portada de piedra blanca con decoradas pilastras a base de motivos geométricos.

Otras casas barrocas del siglo XVII que se conservan en la villa, además de algunas neoclásicas de cuidadas portadas, siendo ejemplos representativas la antigua mansión del conde del Albercón en un lateral de la Plaza Mayor, o el inmueble número 2 de la Corredera. En esta misma calle, el numero 8 señala una interesante construcción con ventanas y balcones decorados, de abolengo modernista.

ESCULTURA, PINTURA, ARTES DECORATIVAS

Retablos

Cuenta la iglesia de la Asunción de Santaella con retablo mayor acorde con la monumentalidad de su fábrica. Este fue realizado por Juan de Espinosa entre 1627 y 1631 si bien años más tarde, concretamente en 1648, Francisco de Vargas y Guzmán y Cristóbal Vela Cobo tuvieron a su cargo el reparo, pintura y dorado del mismo. Su máquina se estructura en banco, cuerpo con tres calles delimitadas por grandes columnas corintias y ático.

El gran nicho central está presidido por la titular del templo; sobre ella aparece el Calvario y coronando el conjunto el Padre Eterno. En las calles laterales vemos las efigies de San Acisclo y Santa Victoria y sendos cuadros en los que se representa a San José y a San Antonio Abad con San Pablo ermitaño. Ya en el coronamiento y en la prolongación del eje de las columnas exteriores están las esculturas de los santos paladines de la Iglesia: Pedro y Pablo. La iconografía del retablo de Santaella se completa con las pinturas de la Oración del Huerto y el Prendimiento, situadas en la predela. Basta contemplar esta obra para advertir el influjo que en ella ejerció el retablo mayor de la catedral de Córdoba. Dicha influencia no se reduce a la disposición general, a los elementos arquitectónicos y a la decoración de éstos pues se manifiesta incluso en la iconografía. El hecho de que las maderas del retablo santaellense se pintaran imitando mármoles confirma la intención de sus mentores de asemejar su aspecto al cordobés. No obstante la subdivisión de las calles laterales lo apartan del retablo catedralicio y lo acercan al mayor de la parroquial de Guadalcázar, realizado años antes por Felipe Vázquez Ureta.

En este mismo templo y adosado al muro que cierra el crucero por el lado de la epístola se yergue el altar del Sagrario, cuya máquina es incluso más espectacular que la del que preside la iglesia. Se trata de una obra aparatosa en la que las proporciones se sacrificaron en aras de la monumentalidad y por otra parte, el deseo de ostentación trocó la madera en mármol pero sin renunciar a la profusa decoración de los retablos lignarios. El resultado fue un conjunto pesado y rayano en la desmesura, fruto sin duda de la escasa pericia de sus artífices.

Según una inscripción que aparece en la mesa del altar este retablo se concluyó en 1749 pero su ejecución abarcó bastantes años de la primera mitad del siglo XV1II. Consta que en 1736 ya estaban hechas las imágenes. Fueron sus autores Alonso Pérez y Andrés Gallardo, quienes lo estructuraron en banco, cuerpo con tres calles delimitadas por columnas salomónicas de orden gigante y ático con gran hornacina flanqueada por estípites (Ver glosario más abajo).

Las esculturas están realizadas en piedra y componen una iconografía de exaltación eucarística acorde con el destino de la obra y en ella concurren Santo Domingo y San Antonio de Padua, a ambos lados del manifestador; los cuatro doctores de la iglesia latina, San Agustín, San Ambrosio, San Jerónimo y San Gregorio, sobre el entablamento; el sumo sacerdote Melquisedec en actitud oferente, que se aloja en la hornacina del ático y los bustos de Adán y Eva también situados en el coronamiento. Completan el mensaje algunos animales alegóricos, tales como el cordero, el león y el pelícano. En el tabernáculo, que es también de mármol, con columnas salomónicas y sin duda lo más bello y proporcionado de la arquitectura del conjunto, hay actualmente una buena talla de la Inmaculada, obra de mediados del siglo XVIII que procede de la desaparecida ermita de la Concepción. En otro tiempo estuvo en dicho lugar la efigie de San Francisco de Paula patrón de la población, que hoy está en el presbiterio de la iglesia.

También la retablística lignaria del Setecientos se halla magníficamente representada en la localidad gracias a los altares del santuario de Nuestra Señora del Valle. Estos se deben a los maestros ecijanos Juan y Bartolomé González Cañero, quienes los concertaron el día 1 de abril de 1750. Consta asimismo en dicha escritura que el arquitecto cordobés Tomás Jerónimo de Pedrajas introdujo algunos aditamentos en el pedestal y las cornisas. El mayor corrió a cargo de Juan González Cañero y los del crucero, que están presididos por San Joaquín y Santa Ana, fueron realizados por su hermano Bartolomé. Los tres son de estípites y sus plantas se adaptan al ritmo curvo de los muros que cierran las exedras en que se alojan. El revestimiento del cascarón del presbiterio es moderno ya que su hundimiento en los años cincuenta hizo necesaria su reposición.

En cuanto a la iconografía, la del mayor es manifiestamente mariana puesto que se concibió como atrio del camarín de Nuestra Señora del Valle. Preside la Virgen, que vuelve a aparecer en el ático abrazada a su prima Santa Isabel. A ambos lados, San José y San Ildefonso, el arzobispo toledano que se distinguió por su devoción a la Madre de Dios. Actualmente vemos en este retablo a San Francisco de Asís y a San Antonio de Padua, pero en su lugar debieron estar las imágenes de los padres de la Virgen - San Joaquín y Santa Ana - que hay en los altares del crucero. Varias efigies de ángeles en la cornisa, el intradós del arco del camarín y la peana de la titular aluden a la condición de Reina de los Angeles que la letanía lauretana le reconoce a María. Los retablos menores están coronados por San Miguel y San Rafael y como queda dicho alojan en sus hornacinas respectivas a los santos Joaquín y Ana.

Imágenes

La imagen más antigua de Santaella es sin duda la de Nuestra Señora del Valle que Pablo Moyano Llamas - que ha tenido la oportunidad de estudiarla sin postizos - considera obra de transición del románico al gótico. Se trata de una efigie sedente de 50 centímetros de altura que debió tener al Niño en su regazo según lo usual en las imágenes de su tiempo. Como tantas otras obras medievales fue retallada y se le acoplaron unos brazos para adaptarle los vestidos. El Cristo de la Vera Cruz, restaurado en 1985 por Miguel Arjona, parece obra de mediados del siglo XVI, tiempo en que se fundó la cofradía de este título en Santaella. Jesús, muerto y alanceado, pende de una cruz que aunque hoy es arbórea originariamente debió ser plana y cepillada. A gran altura y dentro de hornacina labrada en uno de los pilastrones de la parroquial hay una interesante talla de San Sebastián procedente de su antigua ermita, que muestra la pervivencia de las formas manieristas en la estatuaria cordobesa de principios del siglo XVII. Dicho arcaísmo se advierte igualmente en las imágenes del retablo mayor del mismo templo a las que ya hemos hecho referencia. Otras obras de esta centuria son el Cristo articulado que yace en la urna sepulcral, la efigie de San Francisco de Paula que debió tallarse hacia 1662 y Jesús a la Columna que se nos muestra amorosamente abrazado a un fuste alto según los modelos divulgados por el manierismo; estas tres imágenes se encuentran también en la iglesia de la Asunción.

De 1709 es una buena efigie de Santo Domingo de la iglesia de La Guijarrosa, que procede del antiguo convento dominico de La Rambla y tambien setecentistas, aunque más tardías, son varias imágenes de la parroquial. Es el caso de las referidas esculturas del retablo del Sagrario, de los ángeles turiferarios que flanquean la entrada a esta capilla, de los simulacros de San Francisco Javier y San Juan de Dios. ambos en el presbiterio y de la imagen de San José que preside un atractivo retablo de estípites de la segunda mitad de esta centuria ubicado en la nave del evangelio.

Si exceptuamos las efigies de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua la imaginería que puebla los comentados altares del santuario del Valle e incluso los ángeles lampareros que flanquean el presbiterio del templo recuerdan los modelos de Pedro Duque Cornejo; ello pone de manifiesto la proyección del arte del gran escultor sevillano - éste se ocupaba en tallar los tableros de la sillería de la catedral de Córdoba cuando se erigieron dichos retablos - en el quehacer de los autores de los mismos. Colgadas en los muros de esta iglesia hay una serie de urnas doradas de gusto rococó que contienen pequeñas imágenes datables en la segunda mitad del siglo XVIII, cuyos asuntos son: aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua, Dolorosa, la Virgen entregando el rosario a Santo Domingo, el Niño como pastorcillo, Cristo en el regazo de su Madre entre San Juan y la Magdalena y San Francisco de Paula.

Entre las imágenes de nuestro siglo merecen reseñarse las de la cofradía nazarena; de ellas las de San Juan, la Magdalena y la Verónica se compraron en Vitoria en 1927. El Nazareno recoge la tradición sevillana y es obra de Vergara Herrera de 1940. Esta imagen vino a sustituir al Jesús viejo, llamado de las Penas, que está en la iglesia de La Guijarrosa. A este mismo templo pasó la antigua efigie de la Magdalena que ha sido transformada para representar a la Virgen de los Dolores.

Pintura

En 1648 se celebra concierto por parte de Cristóbal Vela Cobo y Francisco de Vargas y Guzmán para dorar, estofar imágenes y pintar lo que queda del retablo mayor de la parroquia de la Asunción, realizado por Juan de Espinosa motivo por el cual sus pinturas se vienen atribuyendo al primero de ellos. Son éstas, en técnica de óleo sobre lienzo pegado en tabla, un Prendimiento de Jesús con la escena de San Pedro cortando la oreja y Jesús orando en el Huerto de Getsemaní en el banco, un San José con el Niño más otra escena que representa la Visita de San Antonio Abad a San Pab/o ermitaño en los registros superiores de las calles laterales. La puerta del sagrario la ocupa un San Pedro en cátedra.

A ambos lados del frontal del presbiterio, completando el programa inmaculadista del retablo y ocupando el resto de la superficie del gran muro absidal, se aparean cuatro lienzos que representan respectivamente una Virgen con el Niño, dos santas mártires, los Desposorios de María y José y la Presentación de María en el templo. En especial los dos últimos se relacionan igualmente con la obra del pintor de origen jienense Cristóbal Vela Cobo (1588-1654), que en esos momentos estaba trabajando en Córdoba al servicio del obispo Pimentel, cuyos escudos campean sobre los roleos superiores de la máquina lignaria.

Además de algunos otros lienzos del XVII que aún existen en el templo - entre los que se pueden señalar un Santo Entierro - destaca también el conjunto mural que decora el hueco donde se aloja el marmóreo retablo de la capilla del Sagrario, obra contratada por Alonso Pérez hacia 1734. En él, un repertorio fitomorfo anudado en guirnaldas desciende desde la clave por el exterior del arco para entroncar con sendos pilastrones rematados por Virtudes que presentan en sus respectivos centros medallones con bustos de Santo Domingo y Santa Clara. Por lo demás, diversos testigos revelan que hacia mediados del XVIII la zona interior del gran espacio central debió estar decorada con pinturas.

Algo más tarde debió realizarse la decoración mural del camarín de la Virgen del Valle, situado tras el retablo que para su templo realizaran hacia 1750 los ecijanos Juan José y Bartolomé Cañero, siguiendo el gusto de situar motivos fitomorfos con flores de lis y angelotes en zona de gloria. No debe extrañar por esa razón que en su sacristía quede también una representación en lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Ecija.

Guarda también el santuario del Valle un curioso repertorio de cuadritos populares de los siglos XVIII y XIX entre los que sobresale el Retrato del presbítero Miguel Vicente Alcaide y Lorite, impulsor de la obra arquitectónica desde 1752, que fue costeado a su muerte - ocurrida en 1779 - por sus sobrinos. Es la primera de un conjunto de quince tablitas y tres lienzos votivos situados en la escalera de subida al camarín, en los que se representan diversos episodios relacionados con los milagros de la titular todos ellos realizados entre mediados de la centuria del XVIII y la del XIX.

Similar cronología se le puede otorgar igualmente al conjunto que decora el interior del templo, en el que destacan una copia de la Virgen de la servilleta, de Murillo, un Ecce-Homo, una Virgen del Carmen, un Jesús Niño y San Juanito con cordero y una Huida a Egipto, muy cercana ésta al estilo del cordobés J. Jiménez.

Orfebrería

La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción posee una serie de piezas de platería que nos muestran la perfección alcanzada por los orfebres cordobeses. Es una lástima que, al igual que en otras poblaciones de la provincia estas obras estén ocultas por motivos de seguridad.

La pieza más antigua de dicho patrimonio es un cáliz con abundante y primorosa decoración plateresca realizado en el siglo XVI por Diego de Alfaro. Pero la obra estelar de la platería de Santaella es, sin duda, la custodia procesional de plata en su color y sobredorada ejecutada por Antonio de Alcántara en 1656, como reza la inscripción que la rodea. Es de estructura arquitectónica con apliques de esmaltes y decoración de grutescos, relieves y esculturas que realzan las líneas de esta bella obra renacentista.

A la época de máximo esplendor de la platería cordobesa, es decir, al siglo XVIII corresponden las puertas del sagrario obra de Bernabé García de los Reyes, el más destacado artífice de la primera mitad de la centuria. En ellas llama la atención la suave decoración de hojarasca barroca que circunda el relieve de la Santa Cena. En la segunda mitad del siglo las formas barrocas se desbordan y adquieren mayor movilidad y relieve en las manos de Damián de Castro, que introduce asimismo la rocalla como apreciamos en la cruz parroquial, el portaviático y el cáliz dorado. Antonio de Santacruz, maestro señero de finales de la centuria, es el autor de un copón dorado, rococó, de gran belleza. Asimismo es de destacar el resplandor de la Virgen del Valle, obra de Juan de Aguilar de 1799. Completan este patrimonio una custodia con sobredorados, un portapaz y seis candeleros del siglo XIX.

Cantería

El púlpito barroco de jaspe rosa, con embutidos en mármoles negros y blancos se alza sobre un pie con cuatro leones y un vastago bulboso. La caja presenta medios relieves con las efigies de San Andrés, San Pablo, San Juan y escudo del obispo Siuri. Esta obra fue realizada por Alonso Pérez en 1749.

Órgano

El órgano de la parroquial de Santaella es de una gran sencillez decorativa, policromado en rojo y oro y fechable a principios del siglo XIX. A él se accede por una portada de escayola, simulando mármoles, que le sirve de basamento.

Madera

Santaella posee dos coros dieciochescos muy bien conservados. Uno de dieciséis sillones en la parroquia de la Asunción, de doble respaldo, con sencilla decoración geométrica y coronamiento fitomórfico. El otro, que está en el santuario de la Virgen del Valle, es de dieciocho sillones más el central, que destaca del conjunto y tiene una pintura de San Miguel; presenta decoración vegetal en los respaldos y de tornapuntas y rocallas en el coronamiento.


GLOSARIO DE TÉRMINOS ARQUITECTÓNICOS

ábaco. Pieza cuadrada que corona el capitel y sirve de asiento al arquitrabe.
abocinado. Dícese del vano cuya luz aumenta gradualmente de un paramento al otro.
ábside. Parte del templo situada en la cabecera o fachada posterior, generalmente de planta semicircular y a veces poligonal, cubierta por bóveda de cuarto de esfera.
acanalado. Dícese de cualquier elemento arquitectónico cuya superficie presenta surcos contínuos y regulares.
acanto. Motivo vegetal utilizado en la decoración de capiteles corintios y compuestos, así como en franjas y molduras.
acrótera. Ornamento que remata los vértices de un frontón, habitualmente una palmeta.
alcaicería. Sitio o barrio en el que se vendía la seda cruda u otras mercancías.
adarve. Camino que corre por la parte superior de una fortificación, protegido por un parapeto, y que da paso a los puestos de vigilancia. En la ciudad musulmana, callejón sin salida y con puertas que se cerraban de noche.
alcázar. Palacio fortificado de los reyes musulmanes, ampliado o reconstruido por los Reyes Católicos.
alfarge. Techo plano de madera, generalmente decorado, consistente en un tablado sobre vigas transversales.
alféizar. Superficie interior o derrame del muro de un vano.
alfiz. Recuadro que enmarca el arco árabe. Su arranque parte generalmente a la altura de las impostas, pero puede prolongarse hasta el suelo.
algorfa. Habitáculo construido sobre arco, o arcos, bajo el que pasa la calle, y que une dos fachadas afrontadas.
alminar. Torre aneja en la Mezquita, aunque a veces aislada, generalmente de gran altura, de planta cuadrada o circular, desde donde el almuédano convoca a los fieles a la oración.
almizate. Superficie plana en la parte superior de una armadura de par y nudillo para evitar el pandeo.
almohadillado. Paramento de sillería donde los sillares han sido labrados con las juntas en bisel o rehundidas.
antepecho. Pequeño paramento de mampostería que cierra la parte inferior de un vano. antropomórfico. Representación que recuerda o sugiere la forma del cuerpo humano.
aparejo. Forma de disponer los materiales constructivos en un paramento o muro, principalmente los sillares y ladrillos.
arcada. Serie de arcos sostenidos por pilares o columnas.
arco. Elemento constructivo y de sostén, de forma generalmente curva, que cubre un vano entre dos puntos fijos.

ELEMENTOS DEL ARCO.

centro. El de la circunferencia que lo origina.
clave. Dovela situada en el centro de los empujes del arco, generalmente la más elevada.
dovela. Pieza o sillar en forma de cuña truncada que, dispuesto radialmente, junto con otros forman la vuelta de un arco.
extradós. Superficie• exterior convexa de un arco.
imposta. Superficie de apoyo de los puntos de arranque de un arco, a partir de los cuales inician la descripción de su curvatura.
intradós. Superficie interna de un arco.
luz. Distancia horizontal entre los apoyos de un arco.

CLASES DE ARCOS

arco adintelado. El que presenta el intradós horizontal despiezado en dovelas dispuestas radialmente en forma de cuñas.
arco apuntado. El que consta de dos porciones de curva que forman ángulo en la clave.
arco carpanel. El formado por varias porciones de circunferencia con su propio centro cada una de ella, y siempre en número impar.
arco cegado. El que tiene tapiada su luz. conopial. Aquel apuntado en su centro y compuesto por cuatro arcos de circunferencia, iguales entre sí los laterales y los dos centrales, pero estos últimos tienen sus centros fuera del mismo.
arco diafragma. El que divide la nave en tramos, con el objeto de contrarrestar los empujes que la cubierta ejerce sobre los muros laterales.
arco escarzano. Aquel rebajado cuyo ángulo vale sesenta grados.
arco fajón. Cada uno de los arcos primeros de una bóveda de intersección, paralelos al eje mayor de la misma.
arco formero. El que corre paralelo al eje longitudinal de una nave, generalmente poniendo en comunicación a ésta con la nave lateral contigua.
arco de herradura. El que su trazado es mayor de media circunferencia.
arco lobulado: Aquel cuyo trazado está constituido por tres o más arcos de circunferencia que se cortan entre sí.
arco de medio punto. El trazado por media circunferencia, por lo que su altura es igual a su semiluz.
arco mixtilíneo. El que presenta un intradós formado por líneas mixtas, guardando una perfecta simetría.
arco ojival. El formado por dos arcos de circunferencia que al cortarse organizan un arco apuntado.
arco peraltado. Aquel cuya altura es mayor que la semiluz.
arco realzado. El que, siendo su altura mayor que la semiluz, tiene sus arranques por encima de la línea de impostas y sus peraltes están en la misma vertical que las jambas.
arco rebajado. Aquel cuya altura es menor que la semiluz.
arco toral. Cada uno de los cuatro arcos que forman el crucero, y sobre los que generalmente se asienta una cúpula u otro tipo de cubierta elevada.
arco de triunfo. De origen romano, está compuesto por uno, tres o más vanos, generalmente en número impar, flanqueados por columnas o pilastras que sostienen un entablamento.

archivolta. En plural, conjunto de arcos inscritos unos en otros que organizan una portada abocinada.
arquería. Hilera de arcos.
arquitrabe. Parte inferior de un entablamento, sobre el que descansa el friso y que apoya directamente sobre columnas u otros elementos sustentantes. Moldura que enmarca un vano adintelado.
arquivolta. ver archivolta.
arrabá. Conjunto de molduras que enmarcan de forma rectangular el vano de un arco en la arquitectura musulmana.
arrabal. Barrio situado fuera del recinto o murallas de una ciudad.
artesón. Cada uno de los espacios cuadrados o poligonales, generalmente decorados, en que se compartimentan techos y bóvedas.
artesonado. Cubierta decorada con artesones.
ataujerada. Aquella armadura de madera en la que la ornamentación de lazos oculta la estructura.
ataurique. Decoración geométrica, moldeada en yeso o estuco, muy utilizada en la arquitectura hispano-árabe.
ático. Parte superior de la calle central de un retablo cuando sobresale del último piso.
atlante. Escultura masculina de medio o cuerpo entero que, sustituyendo a la columna, sostiene un entablamento, balcón, etc.
atrio. Recinto cerrado, y a veces porticado, que precede a la entrada de un edificio.
avenerado. En forma de concha de peregrino (venera).
balaustrada. Serie de balaustres, unidos por dos elementos corridos, uno como base y otro como coronamiento comunes, que forman barandilla o antepecho. Tiene función decorativa o de cerramiento.
balaustre. Cada una de las columnas que forman una balaustrada.
balcón: Vano grande que, arrancando desde el suelo, se cierra a media altura con balaustrada o barandilla.
balcón esquinado. El que se dispone en escuadra en las esquinas de un edificio.
baldaquino. Estructura en forma de dosel, generalmente sobre cuatro elementos de apoyo, para cubrir un altar.
banco. Parte inferior de un retablo.
baquetón. Moldura redonda y estrecha de gran tamaño.
barbacana. Obra de fortificación para la defensa de accesos.
barroco. Estilo arquitectónico de gran riqueza decorativa, en el que se contraponen elementos rectos y curvos para dar sensación de movimiento. Se desarrolló desde finales del siglo XVI hasta el siglo XVIII, teniendo su mayor auge en el siglo XVII.
basa. Parte inferior, asiento o pedestal, de la columna sobre la que reposa el fuste.
basamento. Parte baja de un edificio que, generalmente, presenta un aspecto compacto y macizo.
basilical. Dícese de la iglesia cristiana cuya planta es de características similares a la de la basílica, de planta longitudinal, de tres o cinco naves separadas por series de columnas o pilares, la central de mayor altura y anchura, con crucero y ábside en la cabecera, y con cubierta de madera.
bífora. Vano geminado, combinado en una sola ventana bajo arco de medio punto. También puede aplicarse a las puertas. Se dice especialmente de las ventanas renacentistas.
billete. Motivo ornamental consistente en una moldura en ajedrezado con piezas cilíndricas, cuadradas o prismáticas en relieve.
blasón. Escudo.
bocel. Moldura convexa de sección semicircular.
bola. Motivo decorativo consistente en una esfera colocada como remate.
bóveda. Estructura que cubre, de forma arqueada, un espacio, bien entre muros, pilares o columnas.

CLASES DE BÓVEDAS

bóveda de arista. La originada por el cruce perpendicular de dos bóvedas de cañón.
bóveda baída. ver vaída
bóveda de cañón o de medio cañón. La originada por un arco de medio punto desplazándose sobre soportes según un eje longitudinal.
bóveda de cañón apuntado. La que en lugar de estar originada por un arco de medio punto, lo está por uno apuntado.
bóveda de crucería. La que cuya estructura está compuesta por arcos que se cruzan diagonalmente, también llamados nervios,. con una clave central común, y cuyo espacio se cubre con una plementería sustentada.
bóveda encamonada. Aquella que, sin función constructiva, está trazada ficticiamente con maderas y yeso.
bóveda esquifada. La formada por la intersección de dos bóvedas de cañón sobre un soporte continuo, cuadrado o rectangular. Esta consta de cuatro paños triangulares esféricos y es de aristas entrantes.
bóveda de horno. La que consta de un cuarto de esfera y por lo general cubre el espacio del ábside semicircular.
bóveda de lunetos. Aquella de cañón cuya estructura se encuentra interrumpida una o más veces por otras bóvedas perpendiculares, pero de menor luz generalmente.
bóveda vaída. La semiesférica que, al cubrir un espacio cuadrado, es cortada perpendicularmente por la proyección de los planos que constituyen las cuatro caras de su base, paralelos dos a dos.

bucráneo. Ornamento que reproduce un cráneo de buey, generalmente ornado de guimaldas y cintas, propio del arte romano y renacentista.
cabecera. Parte principal de una iglesia, generalmente donde se encuentra el altar, opuesta a los pies.
camarín. capilla pequeña colocada en alto detrás del altar, para la exposición de una imagen, de forma que ésta sea visible desde las naves.
cancel. Estructura o contrapuerta formada generalmente de tres puertas, dos laterales y una central que, cubierta con techo y adosada a las jambas de una puerta exterior, evita los ruidos y corrientes de aire.
capelo. Sombrero con borlas de los prelados. Si lleva 15 borlas corresponde a un cardenal, si son 10 a un arzobispo y si son 3 a un obispo.
capilla. Edificio relacionado con la función cultual, normalmente de pequeñas dimensiones, pudiendo ser exento o formar parte de otro mayor.

CLASES DE CAPILLAS

hornacina. La que se abre en las naves laterales, generalmente abovedada.
capilla lateral. La que se sitúa a un lado u otro de la mayor, bien en el crucero o en las naves laterales.
capilla mayor. La principal de una iglesia, generalmente en el eje central, donde se encuentran el altar mayor y el presbiterio.

capitel. Parte o elemento superior de una columna o de una pilastra. Sobre él descansa el arquitrabe o se, apoya el pie de un arco.
capitular, sala. Estancia de las catedrales donde tienen lugar las reuniones de los cabildos catedralicios.
cardina. Motivo ornamental consistente en hojas talladas similares a las del cardo.
cariátide. Escultura femenina vestida que funciona de soporte en la estructura arquitectónica, en lugar de una columna o pilastra. Corona su cabeza con un elemento a manera de capitel.
cartela. Tabla o recuadro sobre el que se coloca un emblema o leyenda.

casetón. Cada uno de los compartimentos huecos y geométricos en que queda dividida una cubierta, al cruzarse las vigas o molduras que la forman, generalmente con fines decorativos
catedral. Iglesia principal de una diócesis, por residir en ella el cabildo catedralicio presidido por el obispo.
celosía. Tablero calado para cerrar vanos que impide ser visto pero no ver.
chaflán. Esquina
chapitel. Remate apuntado de una torre, generalmente bulboso, cónico o piramidal.
cineraria. Que contiene cenizas, usualmente producto de la cremación de un cadáver.
claustro. Galería de arcos en torno a un patio, rectangular o cuadrado, generalmente anexo a una iglesia, a donde suelen dar las dependencias.
colegiata. Dícese de la iglesia que está presidida por un abad y tiene un capítulo de canónigos seculares. Su ritual es igual al de las catedrales.
columna. Elemento vertical de sostén, generalmente de forma cilíndrica, y que suele estar formado por basa, fuste y capitel.

CLASES DE COLUMNAS

columna adosada. La que se levanta adherida a otro elemento vertical sin dejar espacio entre ambos.
columna estriada. La que presenta estrías verticales en su fuste.
columna geminada o pareada. Cuando está formada por dos columnas gemelas paralelas o yuxtapuestas constituyendo un mismo soporte.
columna salomónica. La que su fuste describe varias espiras superpuestas en torno a un mismo eje vertical.
columna torsa. La que su fuste está decorado con molduras u otros motivos que se disponen helicoidalmente en torno a un núcleo cilíndrico central.

comulgatorio. Lugar donde los fieles reciben la Sagrada Forma. . contrafuerte. Construcción adosada al muro, a modo de macizo vertical o machón, que funciona como refuerzo del mismo o para contrarrestar los empujes de un arco o bóveda.
copete: Adorno dispuesto coma remate en edificios
cordón. Moldura en forma de bocel, a veces en espiral a modo de cuerda, utilizado como elemento ornamental.
corintio. Orden arquitectónico griego que tiene el capitel adornado con hojas de acanto.
cornisa. Parte superior y más saliente de un entablamento, compuesta de varias molduras. También es una moldura formada por una hilada, o varias escalonadas, dispuesta en voladizo y como remate de un edificio.
cornucopia. Motivo ornamental que representa el cuerno de la abundancia.
coro. Parte de la iglesia destinada al canto de los clérigos.
crestería. Elemento decorativo utilizado como remate arquitectónico, generalmente en fachada, consistente en un mismo motivo de talla calada, vegetal y geométrico, que se repite en serie.
crismón. Monograma de Cristo, consistente en una X y P enlazadas, mayúsculas griegas, que son las iniciales de "El Ungido".
crucero. Espacio del templo originado por el cruce de la nave mayor de una iglesia de cruz con otra perpendicular.
crujía. Espacio comprendido entre dos muros de carga.
cuarterón. Cada uno de los cuadros o tableros que quedan entre los peinazos de la puerta.
cubierta. La estructura que cierra una edificación en su parte superior.
cúpula. Bóveda de desarrollo semiesférico de sección cónica, que se levanta a partir de una planta cuadrada, poligonal, circular o elíptica. Generalmente se apoya sobre muros, pilares o columnas, que a su vez son soporte de arcos de medio punto o apuntados.

CLASES DE CÚPULAS

falsa. La que es construida por aproximación de hiladas superpuestas.
gallonada. La que presenta su superficie dividida verticalmente por arcos o nervios recordando los gajos de una naranja.
deambulatorio. Espacio compuesto por una o más naves que giran tras el presbiterio o capilla mayor de algunas iglesias.
deesis. Representación religiosa en la que aparecen Cristo, La Virgen y San Juan.
dentellón. Saliente a modo de de almenado o escalonado
dentículo. cada uno de los paralelepípedos rectangulares, dispuestos en serie que funcionan como elemento ornamental bajo la cornisa.
dintel. Elemento superior horizontal y de cierre de vanos de puertas y ventanas.
dórico. Primer orden de la arquitectura griega que tiene el capitel sencillo, el fuste decorado con acanaladuras de aristas vivas y carece de basa.
dosel. Cubierta ornamental de un asiento, imagen, estatua, etc.
doselete. Dosel típico de la arquitectura gótica, a menudo imitación de las formas de un templete ornamentado.
dovelaje. Conjunto de dovelas de un arco.
eclectiscismo. Estilo arquitectónico en el que se amalgaman diversos estilos.
edículo. Templete usado como tabernáculo, relicario, etc.
enjuta. Cada uno de los triángulos curvilíneos delimitados por el arco y su encuadramiento.
entablamento. Parte horizontal sustentada de un edificio, compuesto de arquitrabe, friso y comisa, generalmente sobre columnas, pilastras o pilares.
éntasis. Ligero ensanchamiento del fuste de la columna, a mitad de su altura, para corregir defectos ópticos de perspectiva.
entrepaño. Parte de pared en general comprendida entre dos vanos o dos soportes verticales.
epístola, lado de la. Dícese del ala derecha del altar, desde el punto de vista de los fieles.
escalera. Serie de escalones dispuestos para hacer practicable la comunicación entre distintos niveles o plantas.
escalera imperial. La que siendo de ida y vuelta, consta de un primer tramo muy ancho de ida, para dividirse en dos, generalmente más estrechos, de vuelta a partir de un descansillo.
escalinata. Escalera exterior, generalmente de grandes proporciones, para dar acceso a un edificio. Suele ser de un sólo tramo.
escaraguaita. Garita en voladizo.
escudo. Motivo decorativo, esculpido o pintado, en forma de escudo de armas.
espadaña. Campanario de una sola pared, generalmente rematado en hastial, en el que están abiertos los vanos para la ubicación de las campanas.

espejo. Motivo decorativo en forma oval o circular generalmente, rodeado de una moldura.
estípite. Elemento troncopiramidal invertido, bien con función decorativa a manera de balaustre, o con función constructiva en lugar de una columna o una pilastra.
estría. Motivo decorativo en forma de canal o acanaladura que recorre verticalmente el fuste de las columnas y pilastras.
estuco. Masa de yeso, cal y agua de cola, fácil de modelar y útil para la decoración de relieves en las paredes.
esviaje. Desviación oblicua de una red o de una bóveda respecto de su eje.
evangelio, lado del. Dícese del ala izquierda del altar, desde el punto de vista de los fieles.
exento. Dícese de lo que está aislado, no adosado.
exvotos. Cualquier tipo de testimonio, generalmente trabajado de modo artístico, que se lleva como ofrenda a un ser sobrenatural en cumplimiento de una promesa, agradeciendo un favor otorgado.
filacteria. Cinta o banda que se representa como si fuera de tela, pergamino, etc., con las extremidades enrolladas y que lleva un epígrafe o leyenda. Generalmente va en manos de figuras.
flamero. Especie de candelabro decorativo que no sostiene velas sino mezclas químicas, dando una vistosa llama.
flamígero. gótico tardío, complejo y recargado.
florón. Motivo ornamental consistente en una flor grande, o grupo de hojas.
friso. Franja horizontal decorativa que forma parte del entablamento, entre el arquitrabe y la cornisa.
fronda. Motivo decorativo a base de hojas y otros elementos igualmente vegetales, donde aquéllos curvan y enrollan sus extremos.
frontispicio. Remate triangular de la fachada
frontón. Motivo decorativo de forma triangular o curva que corona los vanos o fachadas.
frontón partido. Aquel que, siendo triangular, sus lados oblicuos no llegan a unirse en su vértice, o siendo curvo la porción de circunferencia está dividida en dos, formando generalmente volutas en ambos extremos.
fuste. Parte vertical de la columna comprendido entre la basa y el capitel.
galería. Corredor con grandes ventanales, vidrieras o vanos abiertos con columnas o pilares.
gárgola. Conducto de desagüe de los tejados con el fin de que el agua no resbale por el muro, esculpida con forma humana y animal.
gótico. Estilo arquitectónico, nacido en el siglo XII y que tendrá su mayor esplendor en el siglo XIII, que se caracteriza por la utilización del arco ojival, permitiendo construir altos edificios de grandes vanos y aumentar la iluminación interior.
grutesco. Composición decorativa a base de elementos animales, vegetales y humanos entrelazados, originando conjuntos de figuras fantásticas,
guirnalda. Motivo decorativo formado por hojas, flotes y frutos, unidos generalmente por cintas, que se presenta suspendido de sus extremos describiendo una comba.
hastial. Triángulo formado por las dos vertientes de un tejado en un muro testero.
helicoidal. Dícese de la figura que describe una espiral.
heráldica. Arte y ciencia del blasón.
hilada. Serie horizontal de sillares dispuestos en un muro o en una bóveda.

CLASES DE HILADAS

a soga. La que presenta los sillares riostrando al exterior sus caras mayores o longitudinales,
a tizón. La que presenta los sillares mostrando al exterior sus caras menores o transversales,

historicismo. Estilo arquitectónico fundado en consideraciones históricas
hojarasca. Dícese del motivo decorativo que tiene como base la hoja vegetal generalmente estilizada y cuya utilización puede ser profusa o no.,
hornacina Cavidad practicada en un muro, de planta semicircular, cuadrada o poligonal, coronada generalmente por un cuarto de esfera, para cobijar una imagen.
iwán. Gran sala abovedada en el palacio persa, abierta en uno de sus lados.
jamba. Cada uno de los elementos verticales que, a manera de pilar, sostienen el arco o dintel en un vano.
jónico. Orden arquitectónico griego que lleva volutas en el capitel y dentículos en la cornisa.
judería. Barrio en el que habitaban los judíos en la edad media.
laceria. Ornamentación geométrica que consiste en una serie de líneas entrecruzadas alternativamente unas sobre otras formando diversas figuras estrelladas y poligonales.
lambrequín. Elemento decorativo que pende de la parte superior de los escudos.
laurear. Coronar con laurel.
lienzo. Porción de muralla en línea recta comprendida entre dos baluartes.
línea de imposta. Intersección entre el intradós de un arco y el paramento de muro sobre el cual se apoya en cada uno de sus puntos de arranque.
linterna. Pequeña construcción, de planta circular o poligonal generalmente, que se levanta como remate de una cúpula, con el objeto de iluminar el interior mediante sus vanos laterales.
lóbulo. Cada una de las partes cóncavas que sobresalen; a manera de onda, en arcos.
lonja. Pequeña plaza porticada ante la fachada de una iglesia y que hace las veces de atrio.
lucarna. Abertura, generalmente vidriada, dispuesta en el techo o cubierta de una estancia, para proporcionar luz y ventilación desde el exterior.
luneto. Hueco que queda tras la intersección de dos bóvedas.
macolla. Conjunto ornamental de flores, tallos y hojas que nace de un mismo pie.
mainel. Parteluz.
mampostería. Obra de albañilería a base de piedras sin labrar, aparejadas sin orden de hiladas ni tamaños.
manierista. Estilo arquitectónico que se manifestó en Italia en el siglo XVI, caracterizado por su falta de naturalidad y afectación.
manifestador. Estructura a manera de dosel o templete dispuesta para la exposición de la Eucaristía.
mascarón. Máscara de carácter fantástico, de rasgos humanos o animales, usada como motivo decorativo.

matacán. Obra voladiza en lo alto de un muro, con parapeto y con suelo aspillerado, para observar y hostigar al enemigo.
medallón. Motivo decorativo circular u oval, generalmente rodeado de una moldura, en cuyo interior contiene figuras pintadas o en relieve.
medina. Ciudad musulmana.
ménsula. Elemento decorativo o de sostén que sobresale de un plano vertical, con igual o más vuelo que altura.
metopa. Espacio intermedio entre dos triglifos, en los frisos.
mezquita. Templo u oratorio musulmán . Edificio en que los mahometanos practican las ceremonias religiosa de su secta
mirador. Corredor, galería, o balcón cubierto en lugar elevado, desde donde puede contemplarse una vista exterior.
mixtilíneo. Lo que está formado por líneas rectas y curvas.
mozárabe. Motivo decorativo consistente en una labor de albañilería y carpintería, a base de lazos o prismas yuxtapuestos y superpuestos, en disposición vertical, con base cóncava, muy utilizado por los musulmanes.
modillón. Elemento de sostén en voladizo, en forma de hoja, con volutas laterales, que permite mayor vuelo a la comisa.
moldura. Elemento ornamental corrido y destacado, para decorar una superficie. Puede ser curvilínea o rectilínea, simple o compuesta, lisa o decorada.
motivo serliano o ventana serliana, conocido también como palladiano consiste en un vano tripartito compuesto por una parte central arqueada y más ancha que las dos laterales, separadas por delgadas columnas, gracias al cual se estrechan los pilares estructurales y con ello se capta mucha más luz para el espacio interior.
mudéjar. Estilo arquitectónico español que floreció desde el siglo XII al XVI, caracterizado por el empleo de elementos del arte cristiano y de la ornamentación árabe.
nave. Espacio interior delimitado longitudinalmente por muros o series de columnas o pilares.
nazarí. Descendientes de Yúsuf ben Názar, fundador de la dinastía musulmana que reinó en Granada.
neoclasicismo. Estilo arquitectónico inspirado en la Antiguedad clásica, que se desarrolló a lo largo del siglo XVIII y parte del siglo XIX.
nudillo. En una armadura de cubierta, madero horizontal que se ensambla en dos pares gemelos, uniéndolos a la altura de un tercio a partir de los extremos superiores.
ochavado. Figura de ocho ángulos iguales cuyo contorno tiene ocho lados, alternando entre si los de igual longitud.
óculo u ojo de buey. Ventana pequeña de forma . circular.
orden arquitectónico. Conjunto de elementos arquitectónicos articulados para formar una unidad orgánica.
ovas y dardos. Labor decorativa, generalmente en molduras, donde alternan estos dos motivos alineados y yuxtapuestos.
palacio. Gran mansión señorial o pública con valor monumental.
par. En una armadura de cubierta, cada uno de los maderos dispuestos con la inclinación del tejado, para formar la vertiente del mismo.
paraninfo. En las universidades, sala de actos académicos de carácter solemne.
parteluz. Elemento vertical que divide un vano en dos o más partes.
peana. Base o pie que funciona como apoyo inferior de algún elemento.
pechina. Sistema constructivo que permite superponer dos estructuras de diferente trazado geométrico.
pedestal. Basamento de una columna.
perfil.. Delineación del contorno de la superficie de un cuerpo, atendiendo a la altura y latitud,
plano nobili. Planta principal o noble de una edificación.
pilar. Elemento vertical, generalmente exento, de sección poligonal o circular, con función de soporte, pero que no está sometido a la normativa de un orden.
pilastra. Elemento vertical adosado al muro, de sección rectangular o poligonal, generalmente con función constructiva de soporte, y a veces meramente ornamental. Puede seguir los órdenes clásicos.
pilastra cajeada. La que presenta su frente perfilado con molduras en resalte.
pináculo. Remate terminal de forma piramidal o cónica.
pinjante. Elemento decorativo en forma de florón que pende del centro de una bóveda o techo,
planta. Representación a escala de la sección horizontal de una edificación.

CLASES DE PLANTA

cruciforme. La que tiene forma de cruz.
elíptica. La que tiene forma de elipse.
longitudinal. La que se desarrolla en tomo á un eje.

plateresco. Estilo arquitectónico y decorativo español resultante de la fusión de elementos góticos, musulmanes y renacentistas. Su ornamentación, fina y detallista, recuerda e1 trabajo de tos orfebres de la plata.
plinto. Elemento cuadrangular dispuesto bajo la basa de la columna.
portada. Obra de ornamentación arquitectónica y escultórica con que se enmarca un vano de acceso o fachada de un edificio.
potencia. Cada uno de los grupos de rayos de luz que se ponen en la cabeza de la esfinge de Jesús.
pórtico. Lugar cubierto y columnado, situado ante un edificio y generalmente adosado a él.
predela. Parte inferior, base o banco de un retablo, generalmente dividido en pequeños recuadros decorados o pintados.
presbiterio. En la iglesia cristiana, área en torno al altar, generalmente en lugar elevado, ocupando el ábside de la cabecera de la nave, y donde se disponen los elementos litúrgicos necesarios para el rito.
pretil. Antepecho. Muro protector a los lados de un puente o plataforma, balcón.
protíride. Clave del arco cuando está labrada en forma de ménsula con perfil en forma de S.
púlpito. Plataforma elevada, de forma circular, poligonal o cuadrada, sobre pilares o columnas, al que se sube el predicador mediante una pequeña escalera.
punta de diamante. Motivo ornamental en forma de pirámide muy baja.
quiosco. Templete o pabellón de planta circular, poligonal o cuadrada, generalmente cubierto con cúpula o estructura similar, y abierto en sus lados.
radial. Composición espacial donde los elementos están organizados en relación al centro de una circunferencia real o imaginaria.
rampante. Aplícase al león u otro animal con la mano abierta y las garras tendidas en ademán de agarrar o asir.
rebotica. En una botica, estancia trasera.
reja. Conjunto de barrotes metálicos o de madera, trabajados artísticamente, usados como cerramientos de vanos, capillas, etc.
relicario. Lugar destinado a la custodia y conservación de las reliquias.
relieve. Escultura no exenta; puede ser altorrelieve, bajorrelieve y mediorrelieve.
remate. Parte superior, en especial cuando tiene carácter decorativo, de una edificación o un elemento.
renacimiento. Estilo arquitectónico, que surge en Italia a mediados del siglo XV, caracterizado por el resurgimiento de las formas clásicas griegas y romanas.
repujado. Dícese de los motivos decorativos metálicos labrados a martillo por el reverso, de forma que el relieve aparece en el anverso. restauración. Conjunto de actividades llevadas a cabo de forma coordinada, para la conservación y restitución de la imagen original de un edificio.
retablo. Obra arquitectónica que cubre el muro tras el altar, hecha sobre madera, piedra o metal, con pinturas, esculturas u obras de ambos tipos.
retranquear. Hacer retroceder total o parcialmente un muro o paramento de fachada.
rocalla. Motivo decorativo consistente en la imitación de rocas, caracolas, etc., y otros motivos naturales.
rococó. Estilo artístico desarrollado en Francia durante el reinado de Luis XV, caracterizado por una exuberante ornamentación.
roleo. Motivo decorativo en forma de voluta o espiral, frecuentemente referido a vegetales.
rosario. Moldura formada por la disposición en serie de formas circulares, cuentas, perlas, etc.
roseta. Estrella de seis puntas que, en heráldica, vale por una roseta de espuela.
rosetón. Vano circular con decoración calada, generalmente en disposición radial.
sacristía. Dependencia aneja a la iglesia, a la derecha del presbiterio, con el que suele estar comunicado, cuya función es la de guardar los objetos sagrados y revestirse el oficiante.
saetera. Ventana alta y muy estrecha, generalmente en fortificaciones y con carácter defensivo, a fin de poder disparar a cubierto.
salmer. La primera dovela inmediata al arranque. Piedra sobre la que descarga una bóveda.
semisótano. Piso que, en una casa o edificio, queda parcialmente por debajo de la rasante de la calle.
serliano. Relativo a Sebastiano Serlio, arquitecto italiano del siglo XVI de escasa obra (Fontainebleau) pero que escribió un muy importante tratado de arquitectura (Tratado de Serlio).Dícese del vano en general y de la ventana en particular, tripartito en sentido vertical, cerrado en arco de medio punto el central que apoya sus arranques sobre arquitrabes que a su vez cierran los dos vanos laterales.
sillar. Piedra labrada que se emplea en la construcción.
sillería. Obra hecha con sillares bien labrados y aparejados.
sinagoga. Edificio donde tienen lugar las celebraciones culturales judaicas.
sofito. Superficie inferior de la estructura que cierra un vano.
solio. Asiento con dosel
sotabanco. En un retablo, el cuerpo inferior del banco, cuando la hay.
tabernáculo. Lugar sagrado.
talla. Escultura
taracea. Decoración a base de entalles en la madera que se rellenan más tarde con trocitos de diversos materiales que ajustan perfectamente en los entalles, creando así policromía.
telamón. atlante.
tejaroz. Tejadillo a manera de alero en voladizo sobre una puerta o ventana.
templete. Pequeña arquitectura imitando vagamente la forma de un templo clásico donde se alberga una estatua.
tenante. Cada una de las figuras humanas que soportan o acompañan un escudo.
tenería. Sitio donde se curten las pieles.
tercelete. Nervio intermedio en una bóveda de crucería.
terracota. Arcilla modelada y cocida en horno.
testero. Cabecera de un templo.
tholoi. Nombre dado en Grecia a las construcciones de planta circular y cubierta con cúpula.
tímpano. En un frontón, la superficie de cierre comprendida entre las molduras del mismo.
tondo. Motivo decorativo de forma circular y rehundido en el paramento con molduras alrededor.
tornapunta Pieza corta, generalmente de madera (o a veces metálica) que sirve para arriostrar y rigidizar la unión en ángulo entre dos elementos estructurales.También se llama jabalcón.
torre. Cuerpo de edificio, exento o adosado, de mayor altura que base, de planta circular, cuadrada o poligonal.

CLASES DE TORRES

albarrana. Torre separada de la línea de murallas de fortificación, pero que se mantiene
unida a ésta por un paso inaccesible al enemigo o por otro sistema fácilmente destructible en caso de peligro, quedando entonces la torre aislada como baluarte defensivo.
campanario. La que tiene como función servir de soporte a las campanas.

toscano. Orden arquitectónico romano, cuya forma es una simplificación del dórico. La columna presenta fuste liso, descansando en una basa o plinto.
trascoro. Separación que existe detrás del coro, por lo general muy decorado.
triglifo. Elemento decorativo del friso, de frente rectangular con canales verticales, generalmente dos centrales y medio en cada extremo.
trompa. Sistema constructivo que permite superponer dos estructuras de diferente trazado geométrico y que consiste en disponer en los ángulos de superposición de las dos estructuras unas pequeñas bovedillas semicónicas proyectadas hacia fuera del muro.
vano. Hueco con que se interrumpe una pared.
venera. Motivo decorativo consistente en una gran concha.
vítor. Inscripciones pictóricas en fachadas de edificios.
voluta. Elemento ornamental en forma de espiral.
yesería. Cualquier obra o decoración en el muro realizado con yeso.
zapata. Grosor de los cimientos por ambos lados cuando aquellos son más anchos que la pared que soportan.
zarcillo. Motivo decorativo que imita los tallos volubles que para asirse tienen algunas plantas trepadoras, como la vid.
zumaque. Arbusto de las terebintáceas, que se emplea como cutiente por tener mucho tanino.

Fuente: Guía de Úbeda. Ciudad de Renacimiento. Editado por Ceder "La Loma" y realizado por el Módulo de Promoción y Desarrollo de la Escuela Taller de Úbeda. Ayuntamiento de Úbeda 1995